El Edificio Arocena es uno de los inmuebles más emblemáticos de la ciudad de Torreón, no sólo por su notable arquitectura, sino también por su modernidad. La magnitud, ubicación y lapso constructivo -de 1919 a 1920-, son indicadores de la fuerza laboral y de capital que lo impulsaron: un capital que provino principalmente del campo algodonero. Su sola existencia es reflejo del lugar social y una consecuencia natural de la riqueza generada.
